Asistentes: 2 maños (Edu y Sonia), 2 riojanos (Iñigo y Susana), 3 bizkaínos (Javi, Olga, Zaca), 1 bielorrusa (Inés), 2 naranjitos (Hilario y Susi), 5 giputxis (Johnny, Iker, María, Maika y Nesss). Total, 15 cuando la reserva era para 14, gracias al habitual fichaje de ultima hora.
Sacaron la primera ronda de las comidas demasiado rápido. De hecho, las 2 primeras bandejas de tortilla y bakalao (simultáneas) llegaron antes de que todo el mundo hubiese cogido el vaso. Luego costo que llegara lo que queríamos de más (la tortilla de Maika y la sexta txuleta). La kashera que servía en las mesas (una para todo el jolgorio) no parecía enterarse, porque preguntaba lo mismo a unos y otros en la cuadrilla. Igual buscaba la contradicción para sacar la menor cantidad de comida posible. Al principio, insistió una y otra vez para que respetásemos el sitio de los 8 de al lado, pero cuando vinieron éstos y no nos respetaron el espacio, no parece que pasase nada.
Al final de papeo fue: 2 tortillas + 1 (Maika), 2 de bakalao con pimientos rojos, 6 txuletas que casi fueron 5 por el equívoco de responder que no comeríamos más (y lo que costó que sacaran la sexta!!!), queso, nueces y membrillo (poquito también, para 15 que éramos). El kashero se dedicaba a hacer las txuletas en la parrilla, controlándolo todo. La carne, bien sangrante, cosa que no a todas gusta; los huesos estaban en su punto. Total, 28 euros por persona, aunque hubo quien apenas comió ni bebió (haberlo dicho antes, que hubiésemos dicho que éramos 14 al pagar!!! y el bote lo habría agradecido)
Los chorros horizontales de las metálicas mojaron a más de uno, cuyos grifos habíamos conquistado desde hacía rato; por alli cerca tenía la mesa la mujer del tiempo de la ETB. 7 kupelas de madera y 2 metálicas. Excepto la número 1, creo que las probamos todas, varias veces, aunque la 3 no estaba muy bien. Unas 3 o 4 kupelas estaban abiertas de continuo y el resto fueron siendo abiertas por el de la fotocopiadora de la UPV/EHU, socio de la misma sociedad de Urnieta que Maika. Por fin nos habló! En un momento dado incluso hubo dantzaris y trikitixas. Iker y Edu se lanzan a cantar las tan conocidas canciones de "mi prima Dominga López" y "a mi me gusta el pimpiripimpimpin", acabando todos dando el cante, tanto de nuestro grupo como vecinos de mesa. Muy buen rollito y mejor ambiente. Muchas fotos y videos. Caen varios "hidalgos". Al final, los más veteranos en las cosas de la sidra, acabaron bebiendo a morro de las metálicas (no se sabe si el chorro tocó sus campanillas, pero seguro que anduvo cerca).
Al salir de alli echamos un trago contra-reloj en el Goi-Mendi de Urnieta antes de ir a Hernani en el primer bus que pudimos. Maika acompaña a los riojanos en coche. Algunos se fueron directos a Donostia, aprovechando el bus.
Ya en Hernani, tragos en el Kixkal (grandes fotos grupales, con Edu tumbado en la calle) y Caseríoo: destacan los jarabies e Inés que sorprende sacando cava (Kixkal) y tequilas (Caserío), culpables de las lagunas de memoria que algunos teníamos al día siguiente. El horario de los bares aguantó la juerga de la peña.